Una
de las frases que más escuchamos en labios de creyentes es aquella que afirma
que “Dios aborrece el pecado pero ama al pecador” sin embargo vale la pena
preguntarnos si esta declaración se encuentra en la Biblia, la respuesta es un
rotundo no. Las escrituras nos enseñan como un Dios Santo, puro y apartado del
mal, no puede tolerar no solo la maldad, sino que aborrece a todos los que
hacen iniquidad. “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El
malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
Aborreces a todos los que hacen iniquidad. (Sal 5:4-5)
Algunos
han planteado que esta es una verdad del antiguo testamento, que el Dios de hoy
día es diferente, sin embargo el nuevo testamento muestra que esto no es así. Juan
3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer
en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. Efesios
5:5-6 dice “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que
es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe
con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos
de desobediencia.” Frente a un panorama tan desalentador vale la pena preguntarnos,
entonces ¿Cómo es el amor de Dios?
El
amor de Dios no es como el amor de los hombres, por lo cual no lo podemos confundir
con permisividad o servilismo de Dios, ni pensar que por esta razón Él se sujeta
a los caprichos de sus hijos, ya que si bien es cierto su amor es un atributo
divino que lo mueve a darse libre y desinteresadamente para beneficio de sus
criaturas, por otro lado el se revela a través de su palabra como un Dios santo
que hace justicia “… y no tendrá por inocente al culpable” Nah. 1:3. Sin
embargo ese amor que es inmutable, nos da seguridad que el universo no está
gobernado por un sentimiento pasajero, sino por el Señor soberano de la
Escritura quien en su misma naturaleza, es amor.
Tal
vez nunca seamos capaces de comprender el amor de Dios en toda su plenitud o
medir su contenido, pero si podemos crecer en nuestro entendimiento de tal amor
por medio de considerar los muchos ejemplos y demostraciones en las Escrituras.
En
Éxodo 34:6 leemos, “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: !!Jehová!
!!Jehová! fuerte, MISERICORDIOSO y PIADOSO; TARDO PARA LA IRA, y grande en
misericordia y verdad;” encontramos una de las más importantes
auto-descripciones de Dios en toda las Escrituras, en estas tres hermosas
palabras, en las que el amor de Dios verdaderamente se manifiesta. La palabra MISERICORDIOSO
se refiere a la ternura o compasión de Dios aún para las más miserables y
lastimosas de sus criaturas. La palabra
PIADOSO puede ser traducida “lleno de gracia”, que denota un favor no merecido
y se refiere a la buena voluntad de Dios de tratar a Sus criaturas, no según su
propio mérito o valor, sino según Su propia abundante bondad y generosidad. Jesús
es la mayor manifestación de la gracia de Dios. “Y aquel Verbo fue hecho carne,
y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de GRACIA y de verdad.” Juan 1:14
La
frase TARDO PARA LA IRA puede ser traducida “paciente”. La paciencia está relacionada con la capacidad
que tiene Dios de “soportar” o “sufrir” las debilidades y pecados de Sus
criaturas. Una de las manifestaciones más
grandes de la paciencia de Dios descritas en la Biblia se encuentra en el
diluvio ¿por qué demoro tanto el castigo? Por su paciencia, 120 años esperando
llamando al arrepentimiento, también
manifestada en el juicio sobre Nínive.
Para
en comprender un poco más acerca del amor de Dios podemos plantearnos dos
preguntas. La primera ¿Cuál es el tamaño de Amor de Dios?, Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. La segunda ¿Cómo
manifiesta Dios su amor? Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
Sin
embargo a pesar que el amor de Dios se evidencia en el cuidado que tiene de toda
la creación y al darnos a su Hijo santo y puro para que por medio suyo tengamos
vida eterna, la humanidad siempre ha respondido con soberbia y autosuficiencia.
Romanos 1:21-23. Cual será entonces tu respuesta a tan grande muestra de su
amor, ¿de gratitud y sometimiento a su
señorío para que seas guardado para una herencia incorruptible? ¿O de
resistencia a su gracia y misericordia y caigas bajo el juicio venidero que el
determino por anticipado para todos aquellos que aborrecen su nombre? 2 pedro
2:9.
El
que tiene oídos para oír, oiga.