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sábado, 10 de junio de 2017

ADOPTADOS EN CRISTO


Aunque el término “El término ´Hijo de Dios¨ se refiere preeminentemente a la deidad de Jesucristo (Mat. 11:25-27; 16:16-17) ya que él es uno en esencia y gloria con Dios el Padre los creyentes en Cristo por medio del beneficio de la adopción hemos sido hechos hijos de Dios.

La palabra adopción en el Nuevo Testamento significa colocarse como hijo, se trata de un término utilizado en la práctica de la sociedad Romana del primer siglo, que hace referencia a una acción legal por la cual una persona toma en su familia a un niño que no es suyo, con la finalidad de tratarlo y darle todos los privilegios de un hijo propio. El niño adoptado legalmente tiene derecho a los privilegios y todos los derechos de un hijo natural. Pablo utiliza este término como una ilustración de la obra regeneradora que Dios ha dado al pecador que cree, y que aun cuando no es un hijo natural, su posición como hijo es exactamente igual a la de de este. La Adopción es el acto del Espíritu Santo mediante el cual regenera al nombre pecador y lo convierte en miembro de la familia de Dios, Siendo nosotros "hijos de ira" por naturaleza tal como lo dice Efesios 2:3 la gracia salvadora del Padre nos hace sus hijos amados, dándonos todos los privilegios y obligaciones de los miembros de la familia de Dios.

Al tratar de describir los beneficios inherentes a la adopción es casi imposible buscar analogías humanas, ya que la adopción a la cual se refiere la Biblia es superior a cualquier cosa que ocurra en la tierra, ya que concede a los que son objetos de ella no solamente un nuevo nombre, una nueva condición legal, y una nueva relación familiar, sino también una nueva imagen, la imagen de Cristo (Ro. 8:29), sin embargo vale la pena describir algunos de los privilegios que otorga la adopción al creyente:

PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA:

Los padres terrestres pueden adoptar niños y amarles en gran manera; sin embargo, no les es posible impartir a ellos su espíritu como quisieran. No son dueños de los factores hereditarios. ¡Cuando Dios adopta, imparte a su vez su Espíritu, por tanto el concepto bíblico de adopción indica no solo la posición de hijo y los privilegios que se derivan de ella, sino que implica que el adoptado exhibe las mismas cualidades que Dios Padre le otorga al darle vida por medio de su Santo Espíritu, dicho de otra manera este llega a ser participantes de la naturaleza Divina. 2 Pedro 1:3-4

HERENCIA ETERNA

Por otro lado la herencia que otorgan los padres adoptivos terrenales se limitan solo a esta vida, El Padre eterno nos hace herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Tito 3:7  “para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”. La adopción también nos permite participar de esta herencia conjuntamente con el amado unigénito del Dios padre al hacernos coherederos juntamente con él. Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”

EL TESTIMONIO DE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS

Otro beneficio es el que se nos comunica la paternidad divina por medio del testimonio que nos da el Espíritu Santo a nuestro espíritu, persuadiéndonos del amor incondicional del Padre. Romanos 8:15-16  Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!   El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. •El Espíritu Santo es quien hace que el creyente le diga a Dios, Abba Padre, y es el Espíritu Santo quien hace levantar un clamor dirigido a Dios y busque en él la solución a cada problema o necesidad por medio de la oración. Dicho de otra forma Dios envió a los corazones de los hijos adoptados a su Espíritu Santo para que puedan disfrutar de la relación de hijos con él.

Por otro lado si estudiamos detenidamente Efesios 1:5  “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,” vamos a poder ver las condiciones en que se da la bendición de la adopción y son las siguientes:

EN AMOR

La base de la adopción es su gracia que lo mueve misericordiosamente a actuar en amor incondicional a favor del mísero ser humano caído a condenación eterna. Este amor es incondicional y unilateral, 1 Juan 4:10 dice “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” La adopción no solo una simple determinación divina, es además un acto supremo de deleite, él nos amó con amor eterno. Jeremías 31:1, El ser hechos hijos de Dios es una manifestación grandiosa del amor de Dios por sus escogidos. 1 Juan 3:1 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.”

NOS PREDESTINÓ PARA QUE FUÉSEMOS HIJOS

La bendición en Cristo indica que Dios nos predestinó para ser adoptados hijos suyos. Dios decidió de antemano nuestro destino, la palabra predestinó usada aquí viene de la palabra griega PROORIZO que significa: ordenar, determinar un destino o un horizonte de manera anticipada, en tal sentido el texto nos dice que Dios el padre ordenó todo previamente para que se cumpliese su propósito soberano. Predestinar indica que Dios organizó el curso de nuestra vida, el tiempo, los acontecimientos y cada uno de los detalles necesarios para que se llevase a cabo lo que Él determinó en la eternidad pasada. Si hoy somos hijos, es porque ha sido el resultado de la planeación y ejecución perfecta del Dios soberano, misericordioso y amoroso tal como lo muestra Gálatas 4:4-5 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” 

POR MEDIO DE JESUCRISTO:

La adopción indica que Dios nos dio una posición privilegiada de hijos, cambiando por medio de Jesucristo nuestra condición de esclavos bajos los rudimentos del mundo a la condición de beneficiarios de la adopción de Hijos y con ello también herederos de Dios por medio de Cristo. Gálatas 4:7 “Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”.

Cristo es la persona divina en quien se ejecuta la adopción y todas las demás obras complementarias a ella. El creyente fue unido a Cristo y a su vez a Dios por medio de él, para mantenerlo en una relación eterna. Cristo obró la redención con su sangre. El Creer en Cristo, los creyentes son ubicados en la posición de Hijos. Jn 1:12 dice: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

SEGÚN EL PURO AFECTO DE SU VOLUNTAD

La adopción ocurre por el afecto de la voluntad divina hacia nosotros. El vocablo afecto indica que Dios se agrada a sí mismo en ejecutar su voluntad para favorecer a un hombre en la condición humillante, frágil de esclavitud. A Dios le place mostrar su misericordia, su gracia amorosa a nuestro favor. El puro afecto indica la calidad divina, misericordiosa, amorosa basada en sus determinaciones soberanas. El puro afecto indica su actitud continua hacia aquellos que planeó que fuésemos sus hijos eternamente.

La adopción implica que el niño adoptado pierde todos los derechos y privilegios en su antigua familia y ganó todos los derechos legítimos de un hijo en su nueva familia. Él obtuvo un nuevo padre, y se convirtió en el heredero  de los inmuebles de este nuevo padre. Él se convirtió en coheredero con los demás hijos. En los ojos de la ley, la vieja vida ha sido completamente borrada. Todas las deudas fueron totalmente canceladas, es absolutamente un hijo de su nuevo padre.

Efesios 1:5 deja claro que no podemos perder nuestra adopción. Porque Jesús Cristo pagó el castigo  de la deuda de nuestros pecados en su totalidad, nada se interpone en el camino de nuestra nueva condición de hijo legítimo de un Dios que lo ha colocado como parte de su familia.

El que tiene oídos para oír, oiga. 

sábado, 3 de junio de 2017

ELEGIDOS EN CRISTO


Efesios 1:3 es por excelencia una de las mas maravillosas alabanzas plasmadas en la Biblia, en este versículo de Pablo expresa su plena gratitud a Dios por las grandes bendiciones de las que hemos sido objeto, en el versículo 4 prosigue el apóstol diciendo “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,” aquí específicamente se muestra que una de estas bendiciones espirituales es la de haber sido escogido por Dios, acto que se ejecuto por medio de la persona de Cristo.

Al analizar el texto encontramos que este habla de un ACCION DIVINA, EL LUGAR DONDE SE EJECUTÓ, EL MOMENTO EN QUE SE EJECUTO Y EL  PROPOSITO POR EL CUAL SE EJECUTO.

1.    LA ACCIÓN DIVINA

Tiene que ver con que Dios nos escogió como resultado de su decisión soberana, sin otra influencia más que su propia voluntad, Dios tiene toda la potestad para elegir y él tomó la iniciativa para salvar a quien quiso. El autor de la salvación, es “…el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo…” ver 3a, él inicia toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (versículo 3b) decidiendo salvar a su pueblo, también es un acto de misericordia y por lo tanto este acto divino no está basado en algo que hallan hechos previamente los receptores de este beneficio, ni en los méritos que estos pudieran ostentar, tampoco algo que Dios avizoró en el futuro de ellos. Pablo ilustra muy bien esta verdad Bíblica haciendo referencia a la escogencia divina fundamentada en direccionar su elección conforme a su propósito y no en la calidad del escogido o de la reprobación a falta de méritos del aborrecido.

Romanos 9:11-16 haciendo referencia a los hijos de Isaac dice “(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo que el mayor serviría al menor.  Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ninguna manera! Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Esto quiere decir que el propósito de la elección no está en el hombre ni en sus obras sino en quien llama es decir en Dios.

Este acto es una expresión de la libre voluntad de Dios, Dice 1 Corintios 1:26-29. “Pues mirad,  hermanos,  vuestra vocación,  que no sois muchos sabios según la carne,  ni muchos poderosos,  ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios,  para avergonzar a los sabios;  y lo débil del mundo escogió Dios,  para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios,  y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”. La elección incondicional es la verdad más agresiva a la soberbia humana, destruye su ego pues lo deja sin razones ni argumentos para jactarse, tanto la elección y  como la salvación es por gracia para que nadie pueda gloriarse.

2.    EL LUGAR

Efesios 1:4 también dice que fuimos elegidos en un LUGAR: Fuimos escogidos en él, Cristo es el punto de encuentro en donde fuimos escogidos.Ahora viene a la mente la pregunta, “¿Cómo se ha de entender el que los creyentes hayan sido elegidos en Cristo?” La contestación que se da a menudo es la siguiente: Fue determinado en el consejo de Dios que en algún punto del tiempo estas personas llegarían a creer en Cristo. Aunque, indudablemente, esto también se halla implicado, sin embargo, no es una lo respuesta suficiente clara y no hace justicia a todo lo que Pablo y otros escritores inspirados enseñaron con respecto a este importante punto. La respuesta básica debe ser que Cristo es el representante y el fiador de todos los que en algún punto del tiempo serían recogidos en el redil.

Esto fue necesario, puesto que la elección no es una anulación de los atributos divinos. Siendo el Padre eterno un Dios justo, el pecado tiene que ser castigado, las demandas de la santa ley de Dios deben ser satisfechas, en tal razón estar en Cristo es participar de todo lo que Cristo es y de todo lo que Él hizo. El Señor Jesús era perfectamente justo, y ahora el Padre nos ve justos en Él. Él llevó nuestros pecados para que nosotros tuviéramos Su justicia. La Biblia dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros  lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” 2 Corintios 5:21

3. EL MOMENTO

El texto también nos muestra el momento en que fuimos bendecidos, esto sucedió antes de la fundación del mundo, es decir desde la eternidad, 1 pedro 1:18-20 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”

La inmutabilidad del plan eterno de Dios con respecto a sus elegidos no fue una invención de la doctrina expuesta en las cartas paulinas. Fue enseñanza del Jesús mismo. Fue él quien se refirió a aquellos que amó como los que le fueron dados, “17:24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.” Jn. 17:24.

El punto que debe ser enfatizado en relación a esto es el hecho de que si ya antes de la fundación del mundo los que estaban destinados para vida eterna habían sido elegidos, luego toda la gloria de su salvación pertenece solamente a Dios, al entender esta verdad cobra mayor valor la expresión de Pablo, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”

4. EL PROPÓSITO

El objetivo de la elección lo hallamos en las palabras, “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.” Es de especial consideración  darnos cuenta que Pablo no dice “El Padre nos eligió porque supo de antemano que seríamos santos o porque ya fuéramos santos”, dice “para o con el fin de que fuésemos santos”, . La elección no fue condicionada a méritos vistos de antemano ni siquiera a una fe conocida de antemano. “La elección es la raíz de la salvación y no su fruto” La perfecta obra de la elección no conduce al creyente a medio camino, lo llevara hasta el final del mismo por medio del proceso de santificación, es decir lo limpiará progresivamente del pecado y lo apartará solo para Dios.

Para finalizar encontramos que esta maravillosa obra de elección y de santificación tiene un énfasis adicional “delante de él” esto nos dice ante quien daremos cuenta y esto es claramente delante de nuestro Dios.

 El que tiene oídos para oír, oiga.