Uno de los versículos más hermosos y a su vez más
contundentes para aquellos que creemos en el origen creacionista del universo
es Hebreos 11:3 “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la
PALABRA de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Sin
embargo este mismo pasaje ha sido el caballo de batalla para quienes afirma que
una de las características de todo creyente es la palabra creadora o palabra de
poder, apoyándose además en un selecto numero de versículos sacados de
contexto, que les permite presentar esta enseñanza de manera convincente al
oído ignorante y ajeno a la sana doctrina.
Esta posición doctrinal también conocida como
movimiento de la fe, confesión positiva, palabra de fe, nómbralo y llévalo,
entre otras, tuvo sus inicios en los años 70’s en cabeza del pastor Kenneth
Hagin quien es considerado su padre y mayor exponente, el afirmaba que la
oración era una confesión negativa ya que al pedir orando reconoces que tienes
una necesidad lo cual es contrario a la visualización positiva, este ministro
quien nunca estudio formalmente en ningún instituto o seminario bíblico fue inspirado
por la enseñanzas del pastor bautista William Kenyon y del metafísico Phineas
Parkhurst Quimby, este último fundador del movimiento del nuevo pensar, cuyos
postulados se convertirían en el corazón del movimiento de la palabra de Fe.
Ya corrido los años 80´s aparece en escena el
hoy conocidísimo pastor Paul Yonggi Cho, quien a través de su libro LA CUARTA
DIMENSIÓN propone una forma efectiva de materializar la realidad que habita en
esta “dimensión”, según este pastor coreano cuando una persona sigue el
procedimiento de pensar positívamente y lo expresa verbalmente visualizándolo, incuba
el deseo (se embaraza de ese deseo) para luego dar a luz el mismo, por supuesto
esta doctrina no tiene ningún asidero Bíblico, por el contrario estas
enseñanzas tienen raíces en el Budismo, hecho reconocido por el mismo Pastor
Cho quien defiende su posición afirmando que si los Budistas y maestros de yoga
pueden conseguir lo que desean por medio de los poderes de la cuarta dimensión
cuanto más los hijos de Dios.
Todos los
anteriores han definido la fe como una fuerza o poder que actúa independiente
de Dios, aseguran además que cuando la persona acepta a Jesús como su Salvador,
es inyectada con el poder de Dios (es hecho un dios) y de allí necesita
aprender a usarlo para su propio beneficio y lograr sus deseos al margen de la
voluntad de Dios, en tal sentido implícitamente Dios no es visto como soberano
sobre las leyes de la naturaleza puesto que Él está obligado a obedecerlas y
actuar en función de ellas.
Esta supuesta verdad tan atrayente ha envuelto
a una gran parte del pensamiento de las iglesias cristianas actuales, muy
seguramente en razón a que su empaque es muy atractivo (confiéselo, declárelo,
recíbalo), sin embargo nada más alejado de la verdad Bíblica ya que el
movimiento de la fe o confesión positiva hace tres presunciones equivocadas:
· Es la voluntad de Dios que todos los
cristianos tengan perfecta salud, sanidad total, y completa prosperidad. 1
Timoteo 6:6-9
· Dios se ha obligado a sanar cada enfermedad y
de prosperar económicamente a los creyentes que tienen fe. 2 Corintios 12: 7-10
· Cualquier fracaso o falla no es la culpa de
Dios sino es por la falta de fe o pecado de la persona envuelta. 1 Juan 5:14
Una razón por la cual La enseñanza de la
Confesión Positiva debe ser considerada herética es porque distorsiona aspectos
fundamentales de la doctrina cristiana:
· Agrede la práctica de la oración
reemplazándola por la confesión de nuestros sueños. 1 tesalonicenses. 5:17;
Santiago 5:16.
· Exalta el materialismo, afirmando que la riqueza
es una prueba inequívoca de la fe. Mateo 6:19-20, Santiago 2:15
· Sobrepone los deseos humanos a la voluntad
perfecta de Dios 1 Timoteo 6:5
· Rechaza implícitamente el negarse a sí mismo,
requisito planteado por el señor Jesucristo para quienes quieren seguirle.
Lucas 9:23
· No reconoce las tribulaciones y problemas como
método de Dios para la formación del carácter del creyente. Romanos 5: 3-5;
Santiago 1:2-4
Y por si
fuera poco, estas vertientes doctrinales de la llamada confesión de fe no corresponden
a una verdad bíblica porque tiene
tres debilidades comunes:
· Tuercen las Escrituras afuera de su sentido
más obvio y claro.
· Niegan y rehúsan aceptar las Escrituras que
claramente demuestran que la verdad no es lo que promueve su Movimiento.
· No permiten que la Biblia hable por sí mismo.
Uno de los
versículos preferidos por aquellos que enseñan acerca de la palabra de fe es Marcos
11:23-24 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” pero la realidad es que estos
amadores de sí mismos sacan de contexto este pasaje, no teniendo en cuenta el
versículo 22 quien es el centro de esta enseñanza del señor “Respondiendo
Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.” ¿Que es lo que les está enseñando a sus
discípulos a confesar positívamente? De ninguna manera, les está enseñando a
depender de Dios cuya evidencia es el manifestar nuestras necesidades a Él en
oración y no decretando, como lo confirma el versículo 24 “Por tanto, os digo
que todo lo que pidiereis ORANDO creed que lo recibiréis, y os vendrá.” El
versículo 25 continua diciendo “cuando estéis ORANDO….” La confesión positiva
no es oración es una afirmación.
Quienes
sostienen que la repetición constante de palabras y expresiones afirmando una
visualización mental es la respuesta para recibir lo que se desea, tal vez necesiten
leer las palabras del señor Jesucristo en mateo 6:7-8” Y orando, no uséis VANAS
REPETICIONES, como los gentiles, que piensan que por su PALABRERÍA serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Jesús enseño a orar nunca a
confesar y es claro que la oración me lleva a ser humilde delante de Dios
mientras que el decretar inclina mi corazón a la soberbia y a la autosuficiencia.
El que tiene oídos para oír,
oiga.
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