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domingo, 17 de agosto de 2014

¿LA PALABRA TIENE PODER?


Uno de los versículos más hermosos y a su vez más contundentes para aquellos que creemos en el origen creacionista del universo es Hebreos 11:3 “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la PALABRA de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Sin embargo este mismo pasaje ha sido el caballo de batalla para quienes afirma que una de las características de todo creyente es la palabra creadora o palabra de poder, apoyándose además en un selecto numero de versículos sacados de contexto, que les permite presentar esta enseñanza de manera convincente al oído ignorante y ajeno a la sana doctrina.
               
Esta posición doctrinal también conocida como movimiento de la fe, confesión positiva, palabra de fe, nómbralo y llévalo, entre otras, tuvo sus inicios en los años 70’s en cabeza del pastor Kenneth Hagin quien es considerado su padre y mayor exponente, el afirmaba que la oración era una confesión negativa ya que al pedir orando reconoces que tienes una necesidad lo cual es contrario a la visualización positiva, este ministro quien nunca estudio formalmente en ningún instituto o seminario bíblico fue inspirado por la enseñanzas del pastor bautista William Kenyon y del metafísico Phineas Parkhurst Quimby, este último fundador del movimiento del nuevo pensar, cuyos postulados se convertirían en el corazón del movimiento de la palabra de Fe.

Ya corrido los años 80´s aparece en escena el hoy conocidísimo pastor Paul Yonggi Cho, quien a través de su libro LA CUARTA DIMENSIÓN propone una forma efectiva de materializar la realidad que habita en esta “dimensión”, según este pastor coreano cuando una persona sigue el procedimiento de pensar positívamente y lo expresa verbalmente visualizándolo, incuba el deseo (se embaraza de ese deseo) para luego dar a luz el mismo, por supuesto esta doctrina no tiene ningún asidero Bíblico, por el contrario estas enseñanzas tienen raíces en el Budismo, hecho reconocido por el mismo Pastor Cho quien defiende su posición afirmando que si los Budistas y maestros de yoga pueden conseguir lo que desean por medio de los poderes de la cuarta dimensión cuanto más los hijos de Dios.

Todos los anteriores han definido la fe como una fuerza o poder que actúa independiente de Dios, aseguran además que cuando la persona acepta a Jesús como su Salvador, es inyectada con el poder de Dios (es hecho un dios) y de allí necesita aprender a usarlo para su propio beneficio y lograr sus deseos al margen de la voluntad de Dios, en tal sentido implícitamente Dios no es visto como soberano sobre las leyes de la naturaleza puesto que Él está obligado a obedecerlas y actuar en función de ellas.

Esta supuesta verdad tan atrayente ha envuelto a una gran parte del pensamiento de las iglesias cristianas actuales, muy seguramente en razón a que su empaque es muy atractivo (confiéselo, declárelo, recíbalo), sin embargo nada más alejado de la verdad Bíblica ya que el movimiento de la fe o confesión positiva hace tres presunciones equivocadas:

·  Es la voluntad de Dios que todos los cristianos tengan perfecta salud, sanidad total, y completa prosperidad. 1 Timoteo 6:6-9
· Dios se ha obligado a sanar cada enfermedad y de prosperar económicamente a los creyentes que tienen fe. 2 Corintios 12: 7-10
·   Cualquier fracaso o falla no es la culpa de Dios sino es por la falta de fe o pecado de la persona envuelta. 1 Juan 5:14

Una razón por la cual La enseñanza de la Confesión Positiva debe ser considerada herética es porque distorsiona aspectos fundamentales de la doctrina cristiana:

·   Agrede la práctica de la oración reemplazándola por la confesión de nuestros sueños. 1 tesalonicenses. 5:17; Santiago 5:16.
·  Exalta el materialismo, afirmando que la riqueza es una prueba inequívoca de la fe. Mateo 6:19-20, Santiago 2:15
·  Sobrepone los deseos humanos a la voluntad perfecta de Dios 1 Timoteo 6:5
· Rechaza implícitamente el negarse a sí mismo, requisito planteado por el señor Jesucristo para quienes quieren seguirle. Lucas 9:23
· No reconoce las tribulaciones y problemas como método de Dios para la formación del carácter del creyente. Romanos 5: 3-5; Santiago 1:2-4

Y por si fuera poco, estas vertientes doctrinales de la llamada confesión de fe no corresponden a  una verdad bíblica porque tiene tres debilidades comunes:

·   Tuercen las Escrituras afuera de su sentido más obvio y claro.
·  Niegan y rehúsan aceptar las Escrituras que claramente demuestran que la verdad no es lo que promueve su Movimiento.
·   No permiten que la Biblia hable por sí mismo.

Uno de los versículos preferidos por aquellos que enseñan acerca de la palabra de fe es Marcos 11:23-24 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” pero la realidad es que estos amadores de sí mismos sacan de contexto este pasaje, no teniendo en cuenta el versículo 22 quien es el centro de esta enseñanza del señor “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.” ¿Que es lo que les está enseñando a sus discípulos a confesar positívamente? De ninguna manera, les está enseñando a depender de Dios cuya evidencia es el manifestar nuestras necesidades a Él en oración y no decretando, como lo confirma el versículo 24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis ORANDO creed que lo recibiréis, y os vendrá.” El versículo 25 continua diciendo “cuando estéis ORANDO….” La confesión positiva no es oración es una afirmación.

Quienes sostienen que la repetición constante de palabras y expresiones afirmando una visualización mental es la respuesta para recibir lo que se desea, tal vez necesiten leer las palabras del señor Jesucristo en mateo 6:7-8” Y orando, no uséis VANAS REPETICIONES, como los gentiles, que piensan que por su PALABRERÍA serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Jesús enseño a orar nunca a confesar y es claro que la oración me lleva a ser humilde delante de Dios mientras que el decretar inclina mi corazón a la soberbia y a la autosuficiencia.

El que tiene oídos para oír, oiga.



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