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jueves, 25 de septiembre de 2014

¿POR QUE LA BIBLIA ES SUFICIENTE PARA EL CREYENTE?



Cuando leo en la epístola de colosenses la expresión de san Pablo “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Col 2:8) quisiera conocer al detalle a lo que el apóstol se refería pero creo que por ahora no lo sabremos, sin embargo el contexto del capítulo 2, nos da algunas pistas de cuál era la raíz de su preocupación, pues al usar frases como “vosotros estáis completos en él…” “ en el fuiste circuncidados con circuncisión no hecha a mano,..” “por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida,” podemos darnos cuenta que la iglesia ubicada en la prospera ciudad de Colosas, estaba siendo bombardeada por todo tipo de doctrinas, que añadían a la obra de Cristo elementos traídos tanto del Judaísmos como del pre gnosticismo, dando  como resultado un cristianismo influenciado por el sincretismo filosófico y religioso.

Esta inclinación nunca desapareció de la iglesia, llevado al extremo en los siglos XV y XVI en donde las indulgencias plenarias eran presentadas como la manera correcta para obtener la salvación, acordadas previamente con el papa de turno por un precio justo. Si quisiéramos ilustrar tan solo algunas de las más aberrantes desviaciones doctrinales del cristianismo, tendríamos que valernos de varias semanas a través de este medio para tan solo mencionarlas, pero haciendo uso del principio de eficiencia podremos decir que una de las peores es la negación de la suficiencia de las escrituras.

Hay una tendencia en el ser humano de considerar que su conocimiento esta a la par de la sabiduría divina despreciando su palabra y por consiguiente trayendo sobre si el juicio de Dios. El profeta Jeremías en su tiempo amonestó a los sacerdotes y profetas por considerarse sabios, no solo aborreciendo la palabra de Dios sino avergonzándose de ella, a lo cual el señor en respuesta les entrega a cautividad (Jer. 8:9-10). En tiempos de los apóstoles, el pueblo de Cesarea luego de escuchar un impactante discurso de boca de Herodes Agripa, grita frenéticamente ¡voz de Dios y no de hombre¡ como resultado un ángel de del señor hiere a dicho rey, muriendo literalmente comido por gusanos. (Hech. 12:22-23)  

Este juicio es evidente en nuestros días, una iglesia que olvido la suficiencia de la escrituras se encuentra a la deriva navegando en aguas doctrinales peligrosas, condición advertida  a Timoteo por el apóstol Pablo “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2Ti 4:3-4), cuan fácil es escuchar hoy en las iglesias enseñanzas que tienen como único fin satisfacer el oído de los oyentes, muchos líderes y pastores tomaron la opción de ser cómicos, psicólogos y motivadores, abandonando la predicación bíblica necesaria, remplazándola por sermones diseñados para que la audiencia se sienta a gusto,  trayendo como consecuencia la infancia y marasmo espiritual del pueblo, esta situación es similar a la del paciente que quiere ser formulado según su deseo y no conforme a conocimiento y experiencia del médico, con el inevitable perjuicio de su salud.  

Para poder entender la suficiencia de las escrituras y la necesidad del estudio sistemático de las mismas, debemos comprender lo que enseña 2 Timoteo 3:16, en este pasaje encontramos algunos aspectos importantes que debemos resaltar:

.  “Toda la Escritura es inspirada por Dios,…”, Debemos entender que mientras los escritores escribían cada palabra de la Biblia, Dios insuflaba adentro de ella su aliento con el poder que da vida, como afirmó Jesús “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Juan 6:63

. “y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”. Dios afirma con esto que la Biblia no es un libro de historia, ni un compendio de relatos poéticos o literarios, la Biblia es categóricamente su palabra, en tal sentido  no es un texto que se lee para informarse, se lee para transformarse, “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; …”(Sal. 19:7)

.“a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,” Su finalidad es cumplir el propósito principal para el hombre, ser conformado a la semejanza de Cristo “… para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Rom. 8:29)

.“enteramente preparado para toda buena obra.” Es decir equipa completamente al estudiante de la Biblia para que ande en las buenas obras que Dios preparó de antemano. (Efe. 2:10)

En consonancia a lo anterior podemos concluir que necesitamos volver a apoyarnos en las sagradas escrituras, ya que es nuestra única fuente de fe y práctica, es la guía para el correcto desarrollo de nuestro culto a Dios, es el fin de toda divergencia doctrinal y por sobre todo es el manual de vida para el creyente, ya que en ella se encuentra no la opinión de hombres falibles, sino el dictamen y criterio de Dios. No necesitamos nuevas revelaciones supuestamente entregadas por Dios en este tiempo, aceptar esta afirmación es negar que la Biblia sea completa y suficiente.

Por último solo nos queda citar una frase de uno de los más reconocidos teólogos de nuestros tiempos John MacArthur “Francamente no entiendo a los predicadores quienes están dispuestos a abdicar este privilegio solemne. ¿Por qué debemos predicar la sabiduría de los hombres cuando tenemos el privilegio de predicar la Palabra de Dios?”

El que tiene oídos para oír, oiga.



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