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sábado, 6 de septiembre de 2014

EL ENGAÑO DE LA AUTOESTIMA



Una de las enseñanza clásicas contemporáneas tienen frecuentemente como Soporte el pasaje de la mujer samaritana en Juan 4, donde se aduce que el texto muestra la historia de una mujer impúdica padeciendo el rechazo y el maltrato de una sociedad de doble moral, una mujer que había sufrido el desprecio de los hombres de su comunidad (evidenciado por la hora en que iba al pozo por agua) en tal sentido se afirma que como resultado de tener todo un pueblo en su contra, su mayor problema era su baja autoestima, sin embargo la Biblia tiene otra opinión al respecto, el más grande problema de la samaritana era que a causa de su pecado su enemigo era Dios,  y es este el mayor conflicto de todo hombre sin Cristo. “… Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Stg 4:4 RV1960)

Vivimos en una sociedad saturada por un pensamiento humanista, heredado de un movimiento filosófico y cultural asociado al renacimiento cuyo origen se ubica en el siglo XIV, esta nueva forma de pensar confiaba en el ser humano, en su razón y en su capacidad para cultivar todas las ramas de la sabiduría, a mediados del siglo  pasado esta corriente tomó nueva fuerza por medio de la psicología humanista, quien en cabeza del psicólogo estadounidense Abraham Maslow planteó que el hombre es un ser en constante búsqueda de la felicidad por medio del autodesarrollo, en su modelo propone una escala de necesidades que son inherentes en el ser humano, comenzado por las mas elementales como alimentación y vestido, hasta llegar a otras más elevadas como la autoestima y la autorrealización, por otro lado Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de las personas es que estas se desprecian, se consideran seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la importancia que Rogers le concedía a la auto aceptación incondicional.

La autoestima es la droga de moda, no hay curso de capacitación, ni proceso de entrenamiento en liderazgo que no la contemple dentro de su contenido programático, esta misma idea que ha irrumpido en el cristianismo de hoy contrasta con el evangelio verdadero, cuyo mensaje es un permanente llamamiento a negarse a uno mismo y no una oferta para la auto realización "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame." (Mat 16:24 RV1960). Fue en la década de los 80 cuando el pastor Robert Schuller,  fundador de la famosa Catedral de Cristal, por medio de su libro “Autoestima: La nueva reforma” descalifica la doctrina clásica centrada en Dios, reemplazándola por el nuevo evangelio centrado en el hombre, el afirma en este libro: “"cada mensaje  tiene que predicarse dentro del  contexto de una perspectiva mental positiva...la salvación se resume en el rescate de la autoestima.  El nuevo nacimiento  es ni más ni menos que pasar de una baja autoestima a una alta autoestima"

la invasión del falso evangelio de la autoestima es tan evidente que una de las razones del crecimiento exponencial de las llamadas mega iglesias es la erradicación total de la difícil verdad de la convicción de pecados y las duras demandas para convertirse en seguidores de Cristo, para ser reemplazada por un mensaje más atractivo que engancha con sus propuestas a una vida sin contratiempos y la presentación de un salvador que se parece más a un conferencista motivacional o a un asesor de imagen, que al redentor que tomo nuestro lugar para librarnos de la condenación eterna.

El evangelio de la autoestima está hecho a la medida del consumidor, porque está diseñado por el hombre y no por Dios, por lo cual aunque sabe bien no salva a nadie, porque no lleva a nadie al arrepentimiento y la fe, dos elementos presentes en el proceso de salvación operado por el Espíritu Santo "Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio." (Mar 1:14-15 RV1960)

Quienes defiende los planteamientos de esta doctrina narcisista están convencidos que para alcanzar la salvación no debes creer que eres un indigno pecador necesitado de perdón, para ellos pensar esto es una señal inequívoca de su pobre autoimagen, sin embargo la Biblia refiere esta actitud en los hombre como una evidencia de que estamos en tiempos peligrosos “Porque habrá hombres AMADORES DE SÍ MISMOS, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,” (2Ti 3:2-3 RV1960)

El que tiene oídos para oír, oiga.







  


  

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