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miércoles, 8 de octubre de 2014

¿POR QUE ES IMPORTANTE EL CONOCIMIENTO DE DIOS?



Una de las crisis contemporáneas radica en el conocimiento, no en la ausencia de este sino en la forma como se entiende es la naturaleza y el origen confiable del mismo, existe una línea de pensamiento que plantea la posibilidad de conocer la verdad solo con la razón, este enfoque desarrollado por Platón, plantea que el conocimiento verdadero se fundamenta en el entendimiento de las cosas en su esencia inalterable, sin embargo esta fuente puede ser contaminada de la misma manera como puede ser manipulada la información a criterio de unos pocos, un ejemplo son las teorías racionales del origen del universo, teorías que subsisten más por presunciones que por planteamientos científicos.  

En los últimos años el mundo moderno ha migrado de la razón a nuevas fuentes de conocimiento llegando a enfatizar en la experiencia emocional, es así como se evidencia el fuerte culto al consumo de drogas, la práctica de religiones orientales en el que se enfatiza la meditación, el desdoblamiento del ser, los viajes astrales y estados de éxtasis que plantean crecimiento de la mente, tendencia que se ha introducido a la iglesia contemporánea y que se hace evidente a través del movimiento carismático o neo pentecostal,  sin embargo el problema más grande de este enfoque radica en que la experiencia no es duradera y es seguida por estados de frustración y culpa, por lo que cada vez se requiere un estímulo más intenso generando al fin un circulo vicioso de donde es muy difícil salir.

Existe una tercera fuente del conocimiento la cual tiene como base el conocimiento de un Dios que ha creado todas las cosas y que da significado a su creación y que contrario a lo que se cree es posible conocerle. Esta es una posibilidad apasionante y que realiza. Es apasionante porque provee la oportunidad de encuentro entre el ser humano y su creador, sin que importe lo insignificante que el individuo pueda aparecerse frente a sus ojos o a los ojos de los demás, y realiza porque es el conocimiento no de una idea o una cosa, sino del supremo creador, por tanto este conocimiento produce un profundo cambio de conducta. Además partiendo de la premisa de que el conocimiento posible de algo debe contener dos elementos: conocimiento de su existencia y un mínimo conocimiento de sus características, podemos decir que para poder confiar en Dios, es necesario saber que El es, es decir, necesitamos información acerca de su carácter y su poder, esta información está contenida plenamente en su palabra. “…porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb 11:6)

Los conceptos acerca de Dios son muchos y variados pero la mayoría de los autores de estos conceptos tienen una cosa en común: no conocen a Dios de una forma objetiva y si bien es cierto no niegan su existencia, no creen que sea posible conocerle como a cualquier otra persona o cosa.  Sin embargo la palabra nos muestra no solo que Dios puede ser conocido y que es una responsabilidad de cada individuo, sino que además Él quiere ser conocido. “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jer. 9:23-24)

Hoy día se tiende a minimizar la importancia del conocimiento de Dios en su Palabra, en la iglesia contemporánea se evidencia algún tipo de molestia al escuchar que tal elemento es imprescindible en la fe, y no solo eso, ya que hoy se cree y se  enseña que las experiencias místicas personales (visiones, sueños, palabras proféticas, etc.) tienen la misma autoridad revelacional de las escrituras. Para muchos cristianos lo que conocen de Dios, es lo que oyen hablar de él, nunca se preocupan por ir directamente a la fuente verdadera del conocimiento del Altísimo, su palabra, por lo cual han puesto la creencia en Dios en el fondo de sus mentes, junto con otra variedad de opiniones e ideas, por lo cual Dios no es más personal para ellos que para millones de incrédulos, los verdaderos cristianos, por supuesto, van más allá de esto, su doctrina les exige entender la personalidad y paternidad de Dios, ya que cada hijo de Dios sabe que conocer a su padre es la evidencia de que se tiene la vida eterna, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan. 17:3)

La Iglesia actual ha dejado el estudio sistemático de las escrituras para darle paso al humanismo, lo cual ha producido un profundo desconocimiento del Dios de la Biblia estamos como el pueblo de Israel en los tiempos del profeta Isaías: “El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.” (Isaias 1:3), por tal razón han creando un dios a su propia conveniencia, algunos se sienten cómodos en sus congregaciones, ya que el dios que allí se predica es un dios domesticado, que cumple con sus caprichos como el genio de la lámpara, pero este desconocimiento solo lleva a un fin, la destrucción. “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” (Oseas 4:6)

Leer y enseñar la Biblia no es un fin en sí mismo, sino el medio para que lleguemos a conocer a Dios, y para que podamos deleitarnos con su presencia y gustemos cuan dulce y grato es sentirle en el corazón. Buscamos a Dios porque él ha puesto en nosotros deseos de dar con él. Jesús afirmó "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. (Juan 6:44)" Y es esa atracción de Dios lo que nos quita todo vestigio de mérito por haber acudido a él.

El que tiene oídos para oír, oiga.


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