La Santidad de Dios
es uno de las verdades más importantes que un cristiano debe conocer ya que es
fundamental para el entendimiento de Dios y del cristianismo; el tema de la
santidad es tan valioso que la Biblia enseña que “santo es su nombre” (Lucas
1:49), sin embargo no siempre es tratado con reverencia y por el contrario
muchas veces es usado de manera irrespetuosa e intrascendente, al punto que si
preguntamos a un grupo de cristianos que es lo más importante para un creyente,
muy seguramente las respuestas recurrentes serían la gran comisión, el trabajo
social o la formación de líderes, no obstante Jesús enseñando acerca de la
oración dijo “Vosotros, pues, oraréis
así: Padre nuestro que estás en los cielos,…” esta primera línea es una
expresión de alabanza, pero la oración continua diciendo: “santificado sea tu nombre.”
Esta parte corresponde a la primera petición enseñada por Jesús dentro de este
modelo de oración, por lo cual podemos deducir que una petición recurrente
dentro de nuestras oraciones debería ser que el nombre de nuestro gran Dios sea
considerado santo.
El Significado de la palabra “santo” proviene del vocablo
hebrea qadosh que significa, “separado,” “puesto aparte” o “separado de uso
común”. Con respecto a Dios significa primeramente que como Creador, Dios está sobre Su creación y es
totalmente distinto de cada ser creado, el es trascendente sobre su creación.
La palabra “trascendencia” proviene del verbo latín trascendere que significa
ir más allá, levantarse sobre, o exceder, lo cual indica que Él es único. En
Éxodo 3:14 a la pregunta de Moisés, “Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les responderé?” Dios responde: “YO SOY Él QUE SOY” No hay un mejor texto que este para comunicar
quien es Dios, ya que cuando tratamos de describir a alguien utilizamos a otra
persona como referencia o punto de comparación, en contraste Dios es
incomparable, no hay nadie como Él, Jesús es Dios en carne y la única verdadera
imagen de quien es Dios (Juan 14:9; Colosenses 1:15). Dios ahora contesta cada
pregunta acerca de Sí mismo por medio de señalar a Su Hijo y declarar, “Yo Soy
como Él.”
Cuando la Biblia habla de la santidad de Dios también se refiere a que Él transciende la corrupción
moral de Su creación y que está separado de todo lo que es profano y pecador.
Dios no puede pecar, no puede gozarse del pecado, y no puede tener compañerismo
con el pecado. Es importante entender que la santidad no es solamente algo que
Dios decide ser sino que es inherente a su persona, es decir hace parte de su naturaleza. Dios
tendría que dejar de ser Dios para no ser santo, por lo cual no hay absolutamente ninguna posibilidad de que Dios
pudiera ser tentado o que su naturaleza pudiera ser contaminada. Salmo 5:4 Job
34:10 Isaías 59:1-2 Habacuc 1:13, Santiago 1:13 Santiago 1:17, I Juan 1:5 4.
En la literatura hebrea, se emplea la repetición
para dar énfasis a lo que se declara, por ejemplo Jesús uso la repetición “de
cierto, de cierto os digo” para enfatizar que lo decía era verdad, En Isaías
6:3 y Apocalipsis 4:8 leemos la
expresión de adoración a Dios: “Santo, santo, santo”, el hecho de que la
santidad de Dios se declare tres veces denota que Dios es absolutamente e
infinitamente santo, un entendimiento correcto de la santidad de Dios siempre
resultará en una reverencia profunda ante Él.
Por lo anterior podemos decir que Dios no es
neutral o apático acerca de la maldad, sino que le es una abominación,
Proverbios 15:8-9. La palabra abominación proviene de la palabra hebrea toebá
que se refiere a algo o alguien que es repugnante, ofensivo, asqueroso u
obsceno, en tal sentido el dicho popular, “Dios ama al pecador, pero aborrece
su pecado,” no es completamente bíblica, según Salmo 5:4-5, Dios no solamente aborrece el pecado, sino
también aborrece a los que lo practican. Entonces ¿Cómo se puede reconciliar
esta verdad con otros textos bíblicos que hablan del amor de Dios para con los
pecadores? Dios ha demostrado Su amor por medio de enviar a Su Hijo para morir
por los mismos hombres que son objetos merecedores de su aborrecimiento. Proverbios
15:8-9
Ahora bien si nosotros no somos como Dios, ni somos
trascendentes ni puros ¿Por qué la Biblia llama a los cristianos santos? Dios
no llama santos porque hemos sido separados y consagrados para una vida
diferente para honrarle y glorificarle, en tal sentido habiéndonos Él salvado,
nos ha llamado para ser su pueblo especial sobre la tierra. ¿Cómo debemos vivir
en respuesta a esta gran verdad? ¿Cómo debemos vivir ante un Dios santo? Según
Hebreos 12:14, aprendemos que ninguna persona impía o sin santidad será
aceptable a Dios. Esto no significa que podemos ganar aceptación ante Dios a
través de nuestras propias obras, sino que significa que todos los que
verdaderamente son salvos por medio de la gracia de Dios serán transformados
por la misma gracia, es decir nuestro crecimiento en la santidad es la
evidencia de nuestra salvación, por otro lado según Hebreos 12:5-11, Dios para
asegurar que todos sus hijos reflejen Su santidad actuará con ellos cuando sea
necesario en disciplina y amonestación.
En respuesta a la maravillosa verdad de la santidad
de Dios debemos vivir ante Dios con Reverencia y Piadoso Temor: Salmo 96:9, debemos
vivir ante Dios con Adoración, Gozo, y Acciones de Gracias: Salmo 30:4, debemos
caminar en Santidad y Obediencia: Levítico 20:26, nosotros debemos responder
por medio de separarnos de todo lo que a Él no le gusta y darnos a Él en
adoración y servicio. Levítico 22:31-33, debemos andar con Integridad: Salmo
15:1-5.
La vida cristiana es una vida de no conformidad a
la manera De este mundo, sino en
conformidad a la renovación de nuestra mente en Cristo Jesús, “Así que,
hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Rom 12:1-2)
El que tiene oídos para oír, oiga.
2 comentarios:
Exelente. Hoy no se honra a Dios entre los que se hacen llamar hijos de Dios, porque no conocen a Dios, Santo,Santo,Santo.
Amén
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