Efesios 1:3 es por
excelencia una de las mas maravillosas alabanzas plasmadas en la Biblia, en
este versículo de Pablo expresa su plena gratitud a Dios por las grandes
bendiciones de las que hemos sido objeto, en el versículo 4 prosigue el apóstol
diciendo “según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,”
aquí específicamente se muestra que una de estas bendiciones espirituales es la
de haber sido escogido por Dios, acto que se ejecuto por medio de la persona de
Cristo.
Al analizar el texto encontramos que este habla de un ACCION
DIVINA, EL LUGAR DONDE SE EJECUTÓ, EL MOMENTO EN QUE SE EJECUTO Y EL PROPOSITO POR EL CUAL SE EJECUTO.
1.
LA ACCIÓN DIVINA
Tiene que ver con que Dios
nos escogió como resultado de su decisión soberana, sin otra influencia más que
su propia voluntad, Dios tiene toda la potestad para elegir y él tomó la
iniciativa para salvar a quien quiso. El autor de la salvación, es “…el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo…” ver 3a, él inicia toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo (versículo 3b) decidiendo salvar a su
pueblo, también es un acto de misericordia y por lo tanto este acto divino no
está basado en algo que hallan hechos previamente los receptores de este
beneficio, ni en los méritos que estos pudieran ostentar, tampoco algo que Dios
avizoró en el futuro de ellos. Pablo ilustra muy bien esta verdad Bíblica
haciendo referencia a la escogencia divina fundamentada en direccionar su
elección conforme a su propósito y no en la calidad del escogido o de la
reprobación a falta de méritos del aborrecido.
Romanos 9:11-16 haciendo
referencia a los hijos de Isaac dice “(pues no habían aún nacido, ni habían
hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección
permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo que el mayor
serviría al menor. Como está escrito: A
Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en
Dios? ¡De ninguna manera! Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo
tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no
depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”
Esto quiere decir que el propósito de la elección no está en el hombre ni en sus
obras sino en quien llama es decir en Dios.
Este acto es una
expresión de la libre voluntad de Dios, Dice 1 Corintios 1:26-29. “Pues
mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la
carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo
escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió
Dios, y lo que no es, para deshacer lo
que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”. La elección incondicional
es la verdad más agresiva a la soberbia humana, destruye su ego pues lo deja
sin razones ni argumentos para jactarse, tanto la elección y como la salvación es por gracia para que nadie
pueda gloriarse.
2.
EL
LUGAR
Efesios
1:4 también dice que fuimos elegidos en un LUGAR: Fuimos escogidos en él, Cristo
es el punto de encuentro en donde fuimos escogidos.Ahora viene a la mente la
pregunta, “¿Cómo se ha de entender el que los creyentes hayan sido elegidos en
Cristo?” La contestación que se da a menudo es la siguiente: Fue determinado en
el consejo de Dios que en algún punto del tiempo estas personas llegarían a
creer en Cristo. Aunque, indudablemente, esto también se halla implicado, sin
embargo, no es una lo respuesta suficiente clara y no hace justicia a todo lo
que Pablo y otros escritores inspirados enseñaron con respecto a este
importante punto. La respuesta básica debe ser que Cristo es el representante y
el fiador de todos los que en algún punto del tiempo serían recogidos en el
redil.
Esto
fue necesario, puesto que la elección no es una anulación de los atributos
divinos. Siendo el Padre eterno un Dios justo, el pecado tiene que ser
castigado, las demandas de la santa ley de Dios deben ser satisfechas, en tal
razón estar en Cristo es participar de todo lo que Cristo es y de todo lo que
Él hizo. El Señor Jesús era perfectamente justo, y ahora el Padre nos ve justos
en Él. Él llevó nuestros pecados para que nosotros tuviéramos Su justicia. La
Biblia dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en Él.” 2 Corintios 5:21
3. EL
MOMENTO
El
texto también nos muestra el momento en que fuimos bendecidos, esto sucedió
antes de la fundación del mundo, es decir desde la eternidad, 1 pedro 1:18-20 “sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros”
La
inmutabilidad del plan eterno de Dios con respecto a sus elegidos no fue una invención
de la doctrina expuesta en las cartas paulinas. Fue enseñanza del Jesús mismo.
Fue él quien se refirió a aquellos que amó como los que le fueron dados, “17:24
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde
antes de la fundación del mundo.” Jn. 17:24.
El
punto que debe ser enfatizado en relación a esto es el hecho de que si ya antes
de la fundación del mundo los que estaban destinados para vida eterna habían
sido elegidos, luego toda la gloria de su salvación pertenece solamente a Dios,
al entender esta verdad cobra mayor valor la expresión de Pablo, “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”
4. EL PROPÓSITO
El
objetivo de la elección lo hallamos en las palabras, “para que fuésemos santos
y sin mancha delante de él.” Es de especial consideración darnos cuenta que Pablo no dice “El Padre nos
eligió porque supo de antemano que seríamos santos o porque ya fuéramos santos”,
dice “para o con el fin de que fuésemos santos”, . La elección no fue
condicionada a méritos vistos de antemano ni siquiera a una fe conocida de
antemano. “La elección es la raíz de la salvación y no su fruto” La perfecta obra de la
elección no conduce al creyente a medio camino, lo llevara hasta el final del
mismo por medio del proceso de santificación, es decir lo limpiará progresivamente
del pecado y lo apartará solo para Dios.
Para finalizar encontramos que esta maravillosa obra de elección
y de santificación tiene un énfasis adicional “delante de él” esto nos dice ante
quien daremos cuenta y esto es claramente delante de nuestro Dios.
El que tiene oídos para oír,
oiga.
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